sábado, 28 de julio de 2012

Las injurias. Fábula del lobo y los pastores

El lobo cayó en una trampa, y acudiendo los pastores le golpeaban con piedras y le herían. Mas uno de ellos compadeciéndose del animal les dijo a sus compañeros que no lo matasen, y enseguida le dio algunos pedazos de pan. Venida la noche, se fueron todos para sus casas, pensando que moriría el lobo. Pero éste, recobrando sus fuerzas, saltó fuera del hoyo y acudió a su cueva, y algunos días después, acordándose de las injurias que había recibido, se echó con gran furia sobre los rebaños de los pastores, haciendo en ellos muchos destrozos. Viendo ésto, llegó el pastor que le había salvado la vida y le rogó que no hiciera lo mismo con su ganado. A lo que el lobo le respondió: "Pierde cuidado, pues yo solamente hago daño a los que me injuriaron y maltrataron".

No hagas mal a nadie, pues la injuria no queda sin castigo. El que hoy tienes sujeto puede mañana verse libre, y, ya por su propia mano, o por las circunstancias de tu vida y de tus malas decisiones, cobrarse venganza de las injurias que le hayas hecho. Así pues, se siempre compasivo con todo el mundo.

                                                                                               Esopo,siglo VI antes de Cristo.



                   


                 

miércoles, 18 de julio de 2012

Cerrando puertas (y capítulos)

Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida.Si insistes en permanecer en ella más tiempo del necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto.Cerrando puertas, o cerrando círculos, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo...lo importante es poder cerrarlos y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.

¿Terminó tu trabajo?
¿Ya no vives más en esa casa?
¿Tienes que marchar de viaje?
¿La relación acabó?

Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente revolcándote en los por qués, en rebobinar la cinta y en intentar entender por qué sucedió tal o cual hecho, pero el desgaste va a ser infinito, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados a ir cerrando capítulos, a dar la vuelta a la hoja, a cerrar etapas y seguir adelante.

No podemos estar en el presente añorando el pasado, ni siquiera preguntándonos por qué; lo que sucedió, sucedió y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. Los hechos pasan, y es necesario dejarlos ir. Por éso es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, quemar documentos, y vender o regalar libros. Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir,soltar, desprenderse...en la vida nadie juega con las cartas marcadas y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar la vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente.
         
El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan. No esperes que te reconozcan. No esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú ni de los gravísimos errores o atropellos que hayan podido cometer contra tí. Suelta el resentimiento. El encender y apagar tu televisor personal lo único que consigue es dañarte mentalmente, envenenarte y amargarte. La vida está hecha hacia adelante, nunca hacia atrás. Si andas por la vida dejando puertas abiertas, por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. Noviazgos o amistades que no clausuran; posibilidades de regresar... ¿a qué? ¿necesidad de aclaraciones? ¿palabras que no se dijeron? ¿silencios que te invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo. Si no, déjalos ir. Cierra capítulos, reafirma en tí mismo que esos capítulos no vuelven, pero no por orgullo, o por soberbia, sino sencillamente porque tú ya no encajas allí, en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio. Tú ya no eres el mismo que eras hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da la vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor hacia tí mismo, desprenderte de lo que ya no está en tu vida.

Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo...nada es vital para vivir, porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir. Es un proceso de aprender a desprenderse, y humanamente se puede lograr, porque nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego...pero cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate. Hay muchas palabras para expresar salud mental y cualquiera que sea la que escojas te ayudará definitivamente a seguir adelante con tranquilidad y esperanza en el futuro. ÉSA ES LA VIDA.

                                                                      "Yo no hablo de venganzas ni de perdones.
                                                           El olvido es la única venganza y el único perdón"
                                                                                                        
                                                                                                            Jorge Luis Borges
                                                                                                                            


Don Quijote y Sancho, Plaza de España (Madrid)