jueves, 28 de noviembre de 2013

Teatro Emperador

Aragorn, en la tercera parte de la magna obra cinematográfica El Señor de los Anillos, encontrándose en completa inferioridad de condiciones frente a las puertas de Mordor, proclama:

-"Por tí, amigo Frodo"

Y tras así decirlo, acomete con valentía contra las injustas e infames hordas del mal.
Recuerdo que esta película, al igual que las anteriores de la trilogía, la visualicé en el que sin ninguna duda era el escenario más adecuado, más grande, más solemne para poder disfrutar del cine en León, el teatro Emperador.
Me consta que todas las películas que en el pasado se proyectaban en nuestra ciudad eran objeto de estreno en dicho teatro y un auténtico acontecimiento social el día de su proyección (ya fueran Los Diez Mandamientos, Lo que el viento se llevó, La túnica sagrada, Ben-Hur y tantas otras grandes producciones más recientes).
Durante un tiempo considerable el estado ruinógeno del inmueble ensombreció un lugar concebido para albergar mundos luminosos de fantasía, historias épicas, dramáticas, cine en definitiva: un momento de escape de la cotidianidad para entrar en una de las manifestaciones del arte; en la expresión, en fin, de la mejor faceta del ser humano: la capacidad para crear, para imaginar.
La rehabilitación de edificios como el ubicado en la calle Independencia o la sede del Trianon, en la calle Ramón y Cajal con La Torre es algo muy satisfactorio, más aún si se les devolviera su uso original, aquéllo para lo que realmente fueron configurados, ya que sus dependencias no sólo alojan las historias puntualmente imaginadas y proyectadas, sino que son sitio de forja de la historia de León y de su sociedad.
Vienen a mi memoria las declaraciones de Viggo Mortensen, actor muy vinculado a nuestra querida tierra, que al quedar admirado de la belleza del teatro Emperador el día del estreno de Alatriste (una de las últimas películas proyectadas en el teatro, sino incluso la que fuera inmediatamente seguida de su cierre) dijo que él no volvería a León si el Emperador no se mantenía en su condición de teatro y cine y era debidamente rehabilitado y conservado. 
Personalmente quiero confiar en ello.Y siguiendo la estela de esa gran obra ideada por Tolkien, hago mías las palabras del rey Aragorn, que no son sino manifestación quijotesca:

- "Por tí, amigo Emperador"

                                                       Video: Teatro Emperador (Diego García Paz)
                                                                                            Música: Cinema Paradiso (BSO)


domingo, 27 de octubre de 2013

Ángeles sobre Madrid

La ciudad de Madrid cuenta con esculturas de una gran belleza artística, si bien muchas de ellas no pueden ser observadas con el suficiente detenimiento a causa del lugar en el que se emplazan. Me refiero a las azoteas, los tejados, las cúpulas de los edificios de la urbe.

Estos días he leído algún artículo, que considero más próximo a la literatura fantástica que a la veracidad periodística, sobre la presunta aparición en importantes ciudades sudamericanas del afamado "mothman", un ser antropomorfo, de una envergadura aproximada a los tres metros de altura, dotado de alas y cuya presencia es precursora de incidentes trágicos para quienes se lo encuentran en su camino. En definitiva, parece que toda vez que esta criatura se manifiesta, aparte de causar un miedo atroz a nivel personal, provoca (o avisa, según se mire) algún tipo de desgracia.

En fin, tras dar cuenta de este tipo de relatos me he acordado de esas impresionantes estatuas que se encuentran alejadas de la vista del viandante, factor que en absoluto disminuye su factura artística. Son, en principio, efigies angelicales, aunque tanto por su impostura como por la escena que protagonizan, e incluso por ser quien es su protagonista en algún caso, para mí resultan inquietantes.

El inmueble más icónico de Madrid, el Edificio Metrópolis, en la esquina entre las calles Alcalá y Gran Vía está coronado por la espectacular estatua de un ángel a priori de apariencia femenina, aunque quizá la intención de su autor fuera la de dotar a la escultura de la teórica ambivalencia de estos seres espirituales.



El Edificio Metrópolis


Ángel sobre la cúpula


Existe una segunda imagen que, personalmente, no sé cómo calificarla. Dudo que se trate de un ángel, ya que se encuentra en una posición más próxima a lo material y puramente físico que a lo trascendente. Desde mi punto de vista, o bien se trata de Ícaro, o en su caso de una segunda versión, sin duda extremadamente gráfica, de la caída de un ser al que luego haré referencia. Cuando paseen por la calle Mayor, a la altura del Mercado de San Miguel, miren hacia los tejados de los edificios de enfrente y verán ésto. Pasa muy desapercibido, así que aprovechen la ocasión para verlo en persona. Toda teoría o idea es admisible, y les invito a que imaginen qué es lo que el artista pudo querer decir.



La imagen escondida de Madrid


¿Ángel, demonio, hombre...?

Si hay una escultura universalmente conocida es si lugar a dudas la del Ángel Caído. En pleno Parque del Retiro tenemos a Satanás en plena derrota frente a Dios, en un gesto de altivez que, a pesar de comenzar a hundirse en la oscuridad, mantine pese a todo. Es una gran obra escultórica. La viva imagen de la soberbia en el que fue el más brillante y hermoso de los ángeles, el lucero del alba. Se comenta que esta escultura, que por su temática no fue del agrado de muchos el día en que se decidió  colocar en el Retiro, se encuentra justamente a 666 metros por encima del nivel del mar. ¿Obra de arte y acaso un segundo mensaje escondido y ominoso? Luz y oscuridad en las escenas de la bella ciudad de Madrid. 



                                                       Vídeo: Light and darkness (Diego García Paz)
                                                                                               Música: A long way (Manu95)
 

sábado, 28 de septiembre de 2013

Vuelta a casa

"Hace siglos que fallecí. En mis tiempos fui uno de los regentes del este de Europa más temidos y respetados. Mis métodos exudaban una rabia sin límites. Disfrutaba contemplando el dolor de los enemigos desde la torre del castillo de Bran, en el que residía con ocasión de mis campañas contra los invasores.

Me habéis llamado de múltiples formas. Gracias a vosotros seré por siempre "El Empalador" y "El Dragón".

Cierto es que tales denominaciones no son desacertadas, no. En efecto, yo soy oscuridad, soy sombra.

No estoy físicamente entre vosotros, pero nada me está impidiendo ser testigo del proceder del ser humano en los siglos que tras mis tiempos se vienen sucediendo. Mientras me recordéis, y así es, pues la literatura universal se ha encargado de ello, yo soy capaz de observaros y de valorar lo que estáis haciendo. Estoy perfectamente legitimado para enjuiciar vuestra conducta...al fin y al cabo vosotros lo hacéis conmigo.

La lucha por el poder, las sanguinarias guerras entre vosotros, la opresión del débil, la rotunda falsedad en vuestros quehaceres, una falsedad, sí...que sustenta como un pilar los viles actos que efectuáis sin misericordia...gran tributo me rendís.

Os atrevéis a calificarme de cruel en virtud de mis cometidos. Vuestro día a día, a pequeña y gran escala, está guiado por un gélido fundamento, un principio de todo al que ya se refirió Dante, ese visionario que transitó los sórdidos emplazamientos del infierno en un relato que llamó Divina Comedia. El más profundo de los lugares del inframundo no está azotado por el fuego atemporal. No es sitio de azufre y llamas. Es un lugar helado. En él se siente un frío eterno. Es el círculo de la traición, y os está dominando por completo.

Veo y siento la frialdad que caracteriza las situaciones cotidianas de la vida. No obedecéis a lealtad alguna, no existe la fidelidad. El mundo se ha vuelto un lugar desconfiado...aunque cínicamente aseguréis lo contrario.

En mi época, pese a ser un regente muy temido, se sabía que aquél que se opusiera a mí y en consecuencia a los intereses de mi pueblo, recibiría el castigo correspondiente, mas en mi proceder existía cierta honestidad. No actuaba de una manera contraria a mi pensamiento ni nada escondía. De hecho, en mi tierra se me considera un héroe nacional.

Por éso, no puedo permitir la funesta deriva que estoy contemplando. Es preciso que haga algo, pues todo mal ha de tener un límite. No puedo consentir un mal superior al mío. No toleraré que la traición y la falta de honestidad y de principios se adueñen de la humanidad.

Hoy, a la caída del sol, el reloj que marca el tiempo de guerra e injusticia que se ha cernido sobre el mundo se detendrá.El imperio de la falsedad y de la traición toca a su fin. Mi castillo me espera. Vuelvo a casa. El Dragón se hará sentir de nuevo".

                                                                                                                                                                                                   
                       
                                             Vídeo: My Homecoming (mi vuelta a casa). Fotografías de Rumanía.
                                                                                                 Música por Oscar Araujo


martes, 3 de septiembre de 2013

Soneto estrambótico

Ya he comentado en anteriores ocasiones que el título de este blog tiene por cometido rendir homenaje a la figura de mi bisabuelo, el Doctor Manuel Paz Varela.

Me gustaría ahora aportar algunos datos adicionales sobre su persona y su quehacer profesional e intelectual, que he podido conocer a través de mis viajes estivales a tierras pontevedresas, que conjuntamente con su amada Portugal, fueron testigos del proceder de un auténtico filántropo, enmarcando no sólo en la leyenda, sino en la historia, en la realidad, la figura del ilustre médico gallego.

La Enciclopedia Gallega tiene la siguiente entrada: "Dr. Paz Varela, Manuel: Doctor del Concello de Mos, vivió, trabajó y murió en Porriño, sobre la relojería Penín".

Hace muchos años, cuando alguien sufría una enfermedad aguda que dejaba entrever pocas posibilidades de curación, tenía que escuchar como algún otro le decía: "A tí no te salva ni Varela". La popularidad que adquirió esta persona en su época (primeros años del siglo XX) no se limita sólo a su faceta como médico, en cuyo ejercicio su profesionalidad era indiscutible y en numerosas ocasiones glosada por otros médicos en las publicaciones clínicas del momento, sino también por su inquietud intelectual. Paz Varela fue colaborador habitual en periódicos como El Lince o La Integridad de Tuy, y nos dejó, por ejemplo, tres novelas escritas en portugués (una de ellas, precisamente titulada De la comedia lusitana: apuntes para una historia de la revolución portuguesa). Ésta inquietud humanista le llevó a tomar contacto con una nutrida representación de la intelectualidad gallega del momento, siendo conocida su participación en las tertulias de la Botica Nova, organizadas por el hermano de Antonio Palacios, y en las que, además del propio arquitecto (con conocidas obras en Madrid), participaban personajes como Ramón Cabanillas, el médico Darío Álvarez Limeses, Jaime Solá, los pintores Antón Medal y José Otero Abeledo, conocido como Laxeiro, el industrial y galleguista Enrique Peinador Linares, el escritor y abogado Valetín Paz Andrade, José María Álvarez Blázquez, el violinista Quiroga o el pintor Maside, quien ejecutó una hermosa caricatura al Doctor. Todos ellos amigos y admiradores de la profesionalidad de nuestro protagonista.

El Doctor Paz Varela, por Maside

Manuel Paz Varela fue también vicepresidente de la sección de literatura del Ateneo de Vigo, donde pronunció, en el año 1921, una serie de conferencias sobre la estética en la obra literaria de Eça de Queirós.

Dicen que su vida estuvo llena de anécdotas. La más conocida, sin duda, y la que ha contribuido a su leyenda, está relacionada con la causa de su fallecimiento. Una de aquellas noches frías y lluviosas de Galicia, fue llamado para asistir a un enfermo de una parroquia. Como siempre, el Doctor Paz Varela subió a su caballo y solícito acudió en auxilio de quien le necesitaba, adentrándose en la húmeda oscuridad que cubría los montes.Tras consultar y recetar lo necesario, el enfermo curó al poco tiempo. Mas Paz Varela contrajo el virus que padecía su paciente, enfermando de una afección respiratoria aguda que en pocos días le llevó a conocer a aquella muerte con la que durante toda su vida había luchado, al lado de los pobres y de los deshauciados de la comarca. Fue el 31 de enero de 1936.
Mi bisabuelo tuvo cuatro hijos y una hija, que emigró a Buenos Aires en tiempos de la Guerra Civil.

Se escribió, por uno de sus amigos,en gallego, un soneto estrambótico en su recuerdo, que a continuación traduzco:

"Al Doctor Manuel Paz Varela, que fue un padre para los pobres y un consuelo para los marginados en tierras de Mos y de Porriño.

   Era totalmente así: como una columna de humo,

   hechos de llamas su cuerpo y pensamiento,
   sabía del desasosiego y del dolor,
   desde la costa hasta los lugares de costumbre.

   Siempre enfrentado a la maldita muerte,

   tenia un hablar afable y cariñoso,
   para con el pobre de Dios, y para el desamparado
   por docenas tenía cobijo y lumbre.

   Monárquico, demócrata, apostólico,

   un tanto excéntrico, cuasi católico,
   fundador del auto-stop, bibliopirata...

   Tal era el recordado Paz Varela,

   a quien Maside, con aquella su viveza,
   en un garabato con sus lápices retrata,

   Y, a modo de estrambote,

   que nadie se engañe al ver esta figura
   porque hay un Sancho dentro de este Quijote"

                                                                     José María Álvarez Blázquez

                                                                         Vigo, septiembre de 1967.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          
                                            Vídeo: Lusitanus, homenaje a Portugal (Brunuhville)



miércoles, 31 de julio de 2013

La fiesta de Poseidón

Con el paso de los años, me resulta cada vez más imprescindible ver el mar.

Simplemente observar el horizonte marítimo. A cualquier hora del día.

La contemplación del Océano Atlántico, acompañado del apacible sonido del oleaje y de las gaviotas desde el amanecer en la ciudad portuaria reconfortan el espíritu, ayudan a organizar los pensamientos y a reconstituir, desde luego, la fuerza anímica y física con la que emprender las gratificantes y laboriosas tareas encomendadas.

En agosto, somos muchos los que necesitamos un aporte de descanso, sí...y también de auténtico deleite.

¿Y si el mismo señor de los mares aprovechara este mes para organizar una fiesta universal de criaturas míticas y seres humanos emprendiendo una travesía desde las profundidades de sus dominios hasta la superficie de la tierra? ¿Quién rechazaría su oferta?

La música empieza a escucharse y los corceles marinos comienzan a emerger de las aguas...
  

           
                                     deo: Tribute to the Seas - Homenaje a los mares (Diego García Paz)
                                                                                       Música:  See the Sun (Matt Darey)
                         

miércoles, 10 de julio de 2013

Vivir para siempre

Cuestión muy discutida desde que el hombre empezó a pensar y a considerarse el ser más aventajado de la creación fue lo referente al concepto de eternidad.

Existe una aspiración, una necesidad de creer que somos por esencia trascendentes, seres ilimitados, insertos en un mundo temporal de mera apariencia, una auténtica caverna platónica en la que observamos sombras proyectadas en el lienzo de lo que consideramos la realidad y que no son sino un desvirtuado reflejo de la verdad, de lo que debe ser la auténtica vida, muy superior en belleza y bondad a lo que nuestras formas físicas de percepción nos permiten escudriñar.

A partir de este punto, las orientaciones son muy diversas. Para unos, el mundo sensible es, en efecto, una experiencia, una antesala bastante reducida, en cuanto a sus virtudes, de la eternidad, regida por un ser superior. Para otros, tal esperanza es inexistente; la realidad es ésta y cualquier consideración filosófica o teológica en otro sentido se enmarcaría en el mito o la leyenda.

Desde un punto de vista personal, considero que ha de partirse de nuestra esencial limitación biológica. Siendo seres dotados de una espectacular maquinaria natural, es incurrir en soberbia creer que podemos dar  una respuesta a todo. Hay cosas que simplemente nos superan, no estamos capacitados para razonar sobre temas cuyas premisas lógicas más elementales no cuadran en silogismo alguno. La imaginación puede ser lo que nos aproxime más a visualizar, que no a entender, la existencia de otros mundos. Pensar en la idea del universo, que sin duda existe, y llegar a concebirlo como infinito es movernos dentro de conceptos teóricos, pero no somos capaces de visualizar su verdad, su realidad. Es superior a nosotros. Es esperanzador.

Ahora bien, hay una nota, un elemento, en el que coincidimos tanto quienes tenemos unas creencias en orden a la inmortalidad, como aquéllos que manifiestan reconocer, no sin valentía, su levedad temporal y la fatalidad inherente a la naturaleza: queremos ser recordados.

El recuerdo es inmortalidad. Aquél que transita las sendas del olvido, sin ser alguno que pueda narrar su vida, su obra, definitivamente desaparece.

Creo que por esta razón, creyentes o no, debe reconocerse que nadie quiere realmente desaparecer de los recuerdos. Incluso considerando la existencia de una vida eterna, plena, feliz, el permanecer en la memoria de las personas que han podido conocernos, o saber de nosotros al menos referencialmente, nos hace inmortales.


El Doctor Paz Varela

Ahora en  Madrid, el recuerdo indeleble del Doctor Paz Varela, mi bisabuelo, así como de mi abuelo Pío, se consolida en su eternidad a través de la creación del Instituto que lleva su nombre y del que me enorgullezco de formar parte pudiendo contribuir humildemente a esa proyección del saber y de la filantropía propia de aquella docta persona, médico de la Armada y de todos los porriñeses, que dio su vida por salvar a un paciente.Más allá de que yo considere que ellos puedan ser conscientes de estas iniciativas, la inmortalidad es ésto: el cariñoso recuerdo más allá de los años, más allá del tiempo.

¿Quién quiere vivir para siempre?


                 
                                   Vídeo: Who wants to live forever? Homenaje a Highlander (Diego García Paz)
                                                                                         Música: Luz de Domingo (Hevia)


martes, 25 de junio de 2013

Pioneros en tantas cosas...

A través de estas líneas que tengo la oportunidad de ofrecer a todo aquél que cuente con interés y paciencia en seguirme, y sobre todo por medio de la imagen, que considero una de las formas más precisas de manifestar la impresión del mundo, los sentimientos que un ser humano puede albergar al contemplar los lugares de su vida, he descrito cómo los leoneses siempre hemos sido recios y nobles guerreros, grandes luchadores, auténticos fénix en muchos aspectos. Creo, y así lo he intentado reflejar, que esa impronta bondadosa, valiente, es eterna e inmortal, y está tanto en nuestros queridos reyes del pasado, como en las buenas gentes de hoy. De ahí su naturaleza imperecedera, que sin duda nace también de un digno espíritu de emulación.

El tiempo pasa, y con él muchas historias. Personas que se van de nuestras vidas; otras cercanas que se unen en un vínculo arraigado en el verdadero amor, que dejan atrás su infancia y juventud para asumir roles de gran responsabilidad, para sí mismos y para los que vendrán; experiencias novedosas y cruciales en la vida que marcan auténticos hitos existenciales. Por ellos brindo ahora también y celebro esas nuevas noticias y un futuro lleno de esperanza, que desde luego es necesario.

Además de las vicisitudes particulares de cada uno, es verdad que somos originales y desde luego pioneros en aspectos que no son en absoluto desdeñables. Personalmente me agrada y me produce un sentir especial transitar por las inmediaciones de la basílica de San Isidoro, escenario en mi caso de muchos cuentos y relatos, escritos durante toda una vida, que han producido en mí esa visión hasta cierto punto épica y con un  tinte melancólico, de los entornos de nuestra tierra. Ahora que se ha reconocido la importancia de este lugar como germen del parlamentarismo, aportando luz de progreso en aquellos tiempos de penumbra medieval, a mi querer como ciudadano y leonés de esta zona, se agrega el orgullo como jurista que soy. 
     

       
                 

                                             Vídeo: León, Cradle of Democracy (Diego García Paz)
                                                                                    Música: Labyrinth entrance (Oscar Araujo)



sábado, 8 de junio de 2013

Mi valle silencioso

Existe un mundo entre la realidad y los sueños más perturbadores.

Un espacio intermedio entre lo que estimamos como cierto, nuestra percepción de lo que nos rodea, y aquél otro lugar, que ha recibido múltiples nombres.

En cualquier momento, en cualquier situación, es posible que la conexión entre lo cotidiano y lo onírico comience a manifestarse, sin condicionamiento a  factor alguno que podamos controlar ni prever, obrando con una absoluta libertad.

El sonido similar a una trompeta, que algunos interpretan como una sirena,de procedencia incierta, es la antesala del cambio. Las imágenes empiezan a distorsionarse, a adquirir contornos desconocidos. Lugares antes habituales, familiares, se tornan en inquietantes parajes.

Desde los campos hasta la ciudad, cada elemento del entorno comienza a integrar un escenario monocromático en el que se perciben sonidos, presencias, movimientos de lo que creemos inerte desde nuestra apreciación.

Las prolongadas calles se contraen, rotan sobre sí mismas, hasta presentar un nuevo aspecto. Y al final de una de ellas, una figura comienza a hacerse visible...

Este lugar, este puente entre dos orillas, es "mi valle silencioso".




                                                   Vídeo: My Silent Hill (Diego García Paz)
                                                                                    Música: Tema de Laura (Akira Yamaoka)
  


sábado, 25 de mayo de 2013

Héroes

Es indiscutible que nuestro país ha forjado personajes que, en unos casos trascendiendo su importante realidad histórica y en otros sentando episodios surgidos de talentos creativos eternos de grandes autores, se encuadran en el lugar de la leyenda.

Me gustaría realizar una breve reflexión sobre la figura de Don Alonso Quijano, aquel hidalgo de Castilla que  con la lectura de los libros de gestas heroicas, se consideró un caballero andante, un paladín de la bondad y de la Justicia, en definitiva, un bienhechor, al que no pocos le dieron el calificativo de loco: Don Quijote de la Mancha.

¿Por qué en la actualidad (y prácticamente desde siempre) se confunde el idealismo con la excentricidad y en cierto modo con la carencia de sensatez? En múltiples ocasiones lo que nos impulsa a realizar actos de entrega, de sacrificio o de renuncia a nuestros propios intereses no es sino la mentalidad quijotesca ante la vida. Abandonar esta forma de ver las situaciones cotidianas es tanto como pretender dotar de veracidad a lo incierto. Todos hemos tenido que luchar contra molinos de viento, con victorias o derrotas según el caso de cada uno, mas sólo con la impronta propia de un Quijote se puede afrontar esa inevitable lucha con valentía y coraje. El concepto de Justicia es igualmente un ideal, por ella merece la pena entrar en batalla, litigar en pro del bien que de aquél alto concepto emana. El amor...¿es posible afirmar que no sino como un auténtico Alonso Quijano pueden plantearse y fructificar historias vinculadas a los sentimientos, que lo son, en todo caso, de idealización en su base y por las cuales se efectúan actos inimaginables? Toda relación de amor es el reflejo de la historia del Quijote y Dulcinea, o de Don Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, y Doña Jimena, quienes descansan juntos por siempre bajo el crucero del sacro lugar burgalés.

Valentía, Justicia, amor...son muy altos principios que sólo desde un nivel superior al empírico pueden llevarse a la práctica, e implican un imprescindible componente idealista. El que escribe estas líneas no es en absoluto partícipe del calificativo de "antihéroe" que más de una vez se predica del caballero de La Mancha. Sólo los héroes pueden ser adalides de la valentía y de la justicia auténticas,sólo ellos son los emblemas de la bondad. Si para intentar emular esas enseñanzas cervantinas se atribuye a alguien el calificativo de loco, bienvenido sea.

"Si alguna vez, amigo Sancho, doblegas la vara de la Justicia, que sea no por el peso de la dádiva, sino por el de la misericordia."


                           
                                  Vídeo: Los legendarios héroes de España (Diego García Paz)
                                                                            Música: The Ice titan (Oscar Araujo)



viernes, 10 de mayo de 2013

Lágrimas de sangre en el viejo León

La antigua cárcel de la ciudad contempla silente cómo la vida de los ciudadanos discurre en sus inmediaciones.

Desde sus históricos muros, otrora lugar de castigo y pena, transformados hoy en reducto del saber y la cultura, las vicisitudes humanas han configurado escenas que dotan de una impronta especial al entorno leonés. 

Del Arco al Jardín del Cid, un aire de melancolía caracteriza el tránsito. Son muchas las vidas que prácticamente desde su origen, e incluso antes, en remotas generaciones, se han construido en este emplazamiento, testigo por tanto de acontecimientos cruciales. 

Al caer el día, el sonido de los pájaros que circundan las atalayas de la Cárcel acompaña un gris atardecer. Las nubes cubren y tiñen de oscuros tonos calles, árboles y sentimientos.

Comienza a llover. 

Las gotas discurren entre las piedras de la vieja prisión y mojan la efigie de Pelayo. En ese momento, al alcanzar su rostro, su tonalidad cambia. Ya no se trata de lluvia.

Son lágrimas de sangre.
    
     
            
                                     Vídeo: Lágrimas de Sangre - Barrio Romántico de León (Diego García Paz)
                                                                                                Música: Bloody tears (piano)






miércoles, 1 de mayo de 2013

El Coloso

Tan sólo se sentían los pasos del caminante. Su transitar era acompañado de la leve brisa del mar y de la puesta del sol en el horizonte, que teñía el entorno de un apacible color.

Orientado por la tenue luz del final del día, contemplaba unas estructuras en piedra que configuraban un marco sin duda diseñado al margen del cincel humano. Caminos en roca, arcos celestes, túneles eternos que la marea, en su constante devenir, había generado no de una manera casual o caprichosa, sino con el fin de reflejar en la realidad tangible la existencia de otros mundos, de otros planos, únicamente perceptibles a través de los sentidos del soñador, de la vista de aquél que no limita su entendimiento a lo empírico.

Durante su travesía el visitante escuchaba un murmullo que se acrecentaba a medida que caminaba entre las solitarias rocas. Tuvo la necesidad de colocar su mano sobre la piedra y de cerrar los ojos, para así poder ver y sentir lo que realmente el lugar le transmitía. Percibió cómo la piedra se movía; cómo aquel sonido, atribuido a la brisa marina, se correspondía con una lengua, con palabras de unas grandes entidades que desde tiempo inmemorial habitaban aquel emplazamiento, y que con la resonancia del eco de sus voces, propiciaban el oleaje del mar que esculpía sus pieles. Eran criaturas que se construían a sí mismas, eternas y protectoras que la naturaleza creó para preservar y embellecer ese escenario.

El caminante abrió los ojos. Su convicción fue la de que todo aquel entorno estaba vivo, y supo que parte de su esencia había quedado impregnada en la roca, contribuyendo a la misma existencia de los seres. Parte de su alma quedó allí. Él era un coloso.

Aquella tierra mítica pasó a denominarse "Playa de las Catedrales".


Vídeo: El Coloso (Diego García Paz)
Música: La búsqueda de Ianna (Zero Project)




miércoles, 17 de abril de 2013

Un emperador que volvía a su trono

Ciertas historias deben permanecer ocultas, escondidas. Son relatos tan tristes como, al mismo tiempo, expresivos de fortaleza y sugerentes de una reflexión para aquéllos que a bien tengan recibir su mensaje.

El emperador veía trascurrir el tiempo entre los hermosos muros de la Catedral. El devenir de los años, de las vicisitudes, de las experiencias, había transformado su esencia en sombra. Sólo la luz filtrada a través de las vidrieras del sacro lugar aplacaba la penumbra y la furia crecientes de su sentir.

En numerosas ocasiones era llamado a la batalla, abandonando su sede y recorriendo brumosas tierras, yermos campos, pronunciadas cumbres, en los que se aventuraba con mapas y hojas de ruta dibujados por inexpertas manos, cuando no con trazos envenenados. La traición de los suyos, la soledad en la lucha y las cobardes e injuriosas imputaciones fueron las premisas determinantes de su habitual retorno al trono. El lugar que albergaba su reposo fue escondido en un recóndito emplazamiento del templo, siendo alejado de todo contacto con sus semejantes, en un destierro al que comenzó a acostumbrarse e incluso a disfrutar. No se pronunciaba el nombre del emperador en público, pues una combinación de miedo y vergüenza, enmascarados en un falso olvido, eran las auténticas razones del silencio de las umbrías conciencias.

Del repudiado emperador nunca más se volvió a saber. Parece ser que no se le ha vuelto a sentir transitando los vetustos muros catedralicios. Algunos antiguos y escasos textos afirman que "el olvidado", como se le cita en los documentos, obtuvo la victoria final en su batalla, si bien otros legajos manifiestan que aún permanece en cierta forma vinculado al lugar que durante un eterno periodo fue testigo de sus hechos. No obstante, a través de recientes investigaciones, empleando técnicas respetuosas con la arquitectura de la Catedral, basadas en tecnología avanzada, se ha descubierto que en la parte más elevada del templo, cerca del rosetón oeste, existe una especie de capilla,hasta hoy desconocida y oculta tras un muro de más reciente construcción,en la que parece captarse, a través de las imágenes obtenidas, como si en su interior se encontrase una majestuosa estructura en forma de trono. ¿A quién espera...? 



Vídeo: "Armonía de la desesperanza" (Diego García Paz)
Música: "The dead bog" (Oscar Araujo)

jueves, 4 de abril de 2013

El legendario caballero de la Catedral

La Catedral de León es, sin duda alguna, un lugar dotado de una fuerza y un magnetismo especiales. Sus artífices pretendieron levantar un edificio que directamente emplazase al visitante a otra dimensión, más elevada, a través de la luz tamizada por el color sobre la inerte piedra.

Existe una muy antigua historia, desconocida para muchos, que habla precisamente de cómo lo inerte vuelve a la vida a través de la luz y de una llamada, una voz, que desde tiempo inmemorial, es escuchada en  los momentos de mayor inquietud y temor.         

El sepulcro del rey Ordoño II se caracteriza por su extraordinaria belleza. Tras el Altar Mayor se puede observar la figura recostada de nuestro querido rey, rodeado de ricos relieves policromados.La peculiaridad de la tumba del monarca es el resaltar, el sobresalir de entre todas las demás de la Catedral que, discretas, se sujetan al devenir de los siglos en el silencio y la quietud que propicia su inadvertencia para quien transita el templo.

Los reyes de León han sido un ejemplo de fortaleza y justicia. Por ello, no debería sorprender que su esencia quedase por siempre reflejada de una manera especial en el lugar donde descansan. Mas el detalle, las inscripciones grabadas sobre la piedra en lengua clásica, la referida policromía, el arco que enmarca el sueño real, que más que un mero ornato asemeja una puerta, un pórtico...en definitiva, la impronta del sepulcro tiene un sentido más allá del tributo a quien fuera el recordado y querido rey leonés. La valentía y la bondad son inmortales.

               "Yo soy la voz del pasado,
                la voz que siempre existirá,
                llenos fueron mis campos de sangre en la batalla,
                tráenos la paz de tus tiempos,
                mis heridas contigo se curarán"


             
                                                      Resurrection (Diego García Paz)
                                                                                        Musica: The voice (Celtic Woman)


martes, 26 de marzo de 2013

La procesión emblemática: Los Pasos, video-homenaje


   
El Señor de León 

El Viernes Santo de León desprende una impronta especial desde el amanecer. El relato de una historia decisiva, que constituye el fundamento de múltiples acontecimientos posteriores en la humanidad, cobra vida en su solemne devenir por las angostas vías de la antigua ciudad.

En efecto, no puede sino afirmarse que la sensación, como mero espectador o bien como componente activo de la Procesión de los Pasos es que ahí, en esa representación escénica, se trasciende lo inmaterial y se manifiesta vida. La belleza artística de las imágenes, la sublime decoración floral de cada paso, el aroma del incienso, la impecable organización y la sensibilidad de los hermanos, vinculados al acto tanto por afecto personal  a lo que en él se representa como por el arraigo familiar con el mismo, consiguen dotar de vida a todo el cortejo, de principio a fin. La canalización de estas emociones insufla alma a la procesión y la dota de esencia propia, en definitiva, le otorga existencia. Creo que mejor tributo no puede darse a Quien, con sus hechos, infundió esperanza en la eternidad, por cuanto la mencionada eternidad se vislumbra cada Vienes Santo.

Las palabras, y más tratándose de asuntos de atañen a la emoción y a los sentimientos, son un reflejo muy difuso de lo que se pretende manifestar. En la Procesión de los Pasos no hay palabras, pero qué duda cabe que son innecesarias. Por éso, es la imagen el elemento que debe plasmar todo lo que se expresa y siente en esta Procesión, que para mí es un camino de inicial penumbra pero con un trasfondo grandioso, un iter de la oscuridad al color.


                                               Los Pasos (Fotografías y vídeo: Diego García Paz)



sábado, 16 de febrero de 2013

Once de febrero

-"Estoy en el límite de mis fuerzas. La incapacidad para regir correctamente este barco conlleva mi renuncia a la Sede de Pedro en beneficio de aquél que el Colegio Cardenalicio estime más idóneo."

La resonancia de estas palabras, emitidas en lengua clásica, produjo una gran inquietud a nivel planetario. La renuncia de un Papa era un acontecimiento inesperado, infrecuente; desde Celestino V no se había producido una decisión de semejante trascendencia. Frente a quienes apelaban a la sensatez y humanidad del Santo Padre, un intelectual que pasó a la historia como el "Papa Filósofo", otros levantaban grandes suspicacias en orden a las causas de la renuncia. Las sospechas sobre un mal inserto en la misma raíz del Vaticano comenzaron a proliferar, alimentadas por las consabidas visiones de futuro de San Malaquías y por las propias sentencias del Pontífice en los últimos días de su mandato, en las que aludía a múltiples tensiones internas, luchas de poder y propuestas extrañas de candidatos a la Sede, próxima a quedar vacante. Un estado que resultaba ingobernable y auguraba un oscuro devenir para la Institución.

No fueron pocos los que manifestaron que la llamada renuncia Papal no era sino un artificio, promovido por el propio Papa y sus más fieles cardenales en orden a evitar que el procedimiento canónico de elección del nuevo sucesor de Pedro tuviera lugar por los cauces ordinarios, al fallecimiento del Papa. Si el Cónclave tenía lugar en ese tiempo, y se celebraba conforme a las reglas tradicionales, el fruto de la selección, la persona elegida, según todas las consultas que en secreto se habían llevado tanto por los cardenales más fieles como por el propio Santo Padre, no sería un representante de la Santidad. Las claras disensiones, pugnas, luchas, traiciones que azotaban desde hace años el Vaticano y que habían conllevado a un manifiesto descrédito social de la Institución, producirían un resultado perverso. El tablero para el nombramiento de la sombra estaba preparado.Sería el último Papa, un ser profetizado como maligno y destructor del Mensaje.

La intención verdadera del propio Santo Padre era no esperar a su fallecimiento, sino anticipar la elección para con ello producir una alteración del procedimiento ordinario previsto en el Código de Derecho Canónico, sabedor que era del infame destino que a la humanidad aguardaría si los cardenales se reunían en  esas condiciones y surgía un candidato. La propuesta de los leales al Papa, que a día de hoy se ha sabido que integraron un grupo llamado la Hermandad de la Luz, compuesto por varios cardenales y fieles, era proceder a designar como Papa a un simple cristiano, un fiel desconocido de un país y residencia insospechadas que asumiera el rol del sucesor de Pedro, y así eludir la infamia que se cernía sobre la Institución y sobre la humanidad.

Los posibles candidatos debían haber nacido un once de febrero. La fecha de la renuncia Papal no era fortuita; los estudios que en secreto se habían llevado a cabo imponían la necesidad de instituir Papa a un varón nacido en esa fecha. Aunque las razones de fondo no han trascendido en orden a la simbología del día once del segundo mes del año, es un hecho que la Hermandad contactó con varias personas cristianas de todo el mundo, en una carrera contrarreloj para evitar la reunión ordinaria del cuerpo cardenalicio. Tras una búsqueda desesperada, la decisión se tomó: el nuevo Papa habría de ser un español, oriundo de una tierra de reyes y en su forma, piadoso. Habría de permanecer oculto hasta el momento de ser nombrado Pontífice.
         
Para evitar cualquier tipo de filtración, los representantes laicos de la Hermandad se presentaron en el domicilio del elegido, con el que previamente habían contactado. Esa persona asumió la carga que se le ofrecía, aún a pesar de su inexperiencia, en aras a cumplir una auténtica tarea de salvación. Fue preguntado por el nombre que quisiera adoptar, que los libros de historia recogieron para siempre: Petrus Clodoveo I Legionensis.

Una vez que el Papa, aún en la Sede por cuanto todavía no había llegado la fecha por él fijada para abandonar su cargo, tuvo noticia del nombre adoptado por su sucesor, se postró de rodillas en la Basílica de San Pedro y se santiguó. Sobre el altar, un facsímil de las profecías de San Malaquías con un nombre subrayado: Pedro. El último Papa se llamaría Pedro.

Al mismo tiempo que en España un joven y piadoso cristiano esbozaba una sonrisa, un rayo cruzó los cielos italianos impactando en la cúpula de la Basílica de San Pedro.

Era el 11 de febrero de 2013. Un día para la historia.


Tormenta sobre el Vaticano. 11 de febrero de 2013.
           


       

domingo, 13 de enero de 2013

El Madrid Insólito: dos leyendas conocidas y una de hallazgo personal

Madrid es una ciudad grande, populosa, cruce de caminos y vidas. Ese constante devenir de gentes ha dado lugar a un muy amplio acervo de historias singulares, sin duda la mayor parte de ellas lindantes más con la fantasía que con los hechos contrastados y reales, pero el que escribe estas líneas considera que la vida no debe ser sólo la suma de datos fríos y objetivos -que su cabida ya tienen en el lugar que les corresponde- sino contar también con su espacio para la imaginación y la creatividad; es más, considero que son éstas últimas facetas las que hacen que el que los días vayan pasando tengan su razón de ser y animen el, por desgracia habitual, indiferente devenir de los acontecimientos. Recuerdo aquí el breve diálogo entre fray Guillermo de Baskerville y su pupilo Adso en la novela y película El Nombre de la Rosa, en el que, ante la pregunta de éste a su mentor sobre si alguna vez había sentido algo por una mujer, el fraile le contesta: "Qué tranquila sería la vida sin amor, Adso...que pacífica, qué serena...y que insulsa". Precisamente la fantasía, la creatividad, el amor, los relatos misteriosos y legendarios vienen a endulzar los días del hombre desde tiempo antiguo. Constituyen una auténtica necesidad, una vía de escape.

Voy a referir aquí un par de historias de Madrid, de las que me he informado gracias a un interesante libro titulado Madrid Oculto, de Marco y Peter Besas, de ediciones La librería, radicada en la muy concurrida calle Mayor. La tercera leyenda es mi pequeña contribución a este compendio de relatos.


La Puerta del Sol y la aparición del diablo

Parece ser que durante los trabajos de construcción de uno de los edificios más hermosos y representativos de Madrid, la antaño llamada Real Casa de Correos, con posterioridad sede de la Dirección General de Seguridad y hoy del Gobierno Regional, hubo alguien especialmente interesado en que el proyecto no se ejecutase, y en el caso de llevarse a cabo, debería dedicarse a su nombre. Es de destacar que entre las personas que consta intervinieron en los trabajos de construcción, se encontraba un sacerdote. Y no se trataba de hacer referencia a una eventual intervención bendiciendo la obra concluida, sino que su participación ahí era plena, al mismo nivel que cualquier operario o que el propio dueño de la obra. La razón de ser de la presencia en el equipo del sacerdote tiene su fundamento en el hecho de que, una mañana, mientras los obreros realizaban sus tareas, un ser de aspecto muy extraño se les apareció y les conminó a cesar en sus trabajos, pues el edificio que estaban construyendo se emplazaba en un terreno de su propiedad. El mismo ente afirmó que la obra se había encargado a la persona inadecuada (el arquitecto francés Jaques Marquet) y que su ejecución debía encomendarse al español Ventura Rodríguez; de forma tal que si las obras continuaban, el inmueble quedaría eternamente maldito. Con ello, se nombró al Padre López como Secerdote oficial de la obra, quien estuvo presente hasta su conclusión sin que desde entonces se relatase ningún tipo de incidente ni de intervención de terceros.

Como se puede observar, en esta leyenda se entremezclan elementos de muy diferente índole, religiosa, patriótica, supersticiosa...tiene un cierto paralelismo con el célebre topo de la Catedral de León, animal de dimensiones considerables que en el medievo se consideró proveniente del mismo averno y que durante las noches era el responsable de destruir todo lo edificado. Hoy día, sobre una de las puertas del templo cuelga su "cuerpo" a modo de trofeo. Realmente la dificultad en la construcción de la Pulchra Leonina se encontraba en lo que existe en su subsuelo, las termas romanas, que determinan una especial inconsistencia del terreno donde ubicar los cimientos.


Puerta del Sol, Madrid 


La habitante de la Casa de las Siete Chimeneas
     
Este inmueble se encuentra ubicado en la Plaza del Rey, y recibe esa denominación por contar con siete chimeneas que, parece ser, vendrían a representar una alegoría de los siete pecados capitales. En esta casa habitaba Elena, una bella mujer esposa del capitán Zapata y, según la rumorología de la época, amante del mismo Príncipe de España, el futuro Rey Felipe II. Zapata falleció en la batalla de San Quintín, y Elena, sabedora de la desgracia, dejó crecer su hermoso pelo negro, sus uñas, su pena. De aquella dama apenas quedó un recuerdo, una mera sombra de sus días de felicidad. Elena muere envuelta en la mayor de las melancolías, sin haber vuelto siquiera a ver a su esposo y con un amante que, dada su categoría, trató de ensombrecer todo lo que tuviera que ver con vínculos emocionales con ella. Elena estaba embarazada. Mas de su cuerpo, o del hijo que esperaba, nunca nada se supo. El padre de Elena trató por todos los medios de que se esclareciese lo sucedido, ya que estaba convencido de que su hija no había muerto por su propia mano, sino por órdenes de terceros con especial interés en enterrar todo lo referente a esa mujer. Días más tarde, el padre de la otrora bellísima Elena fue encontrado ahorcado en una de las vigas del inmueble. La desaparición de Elena, y de su hijo, han llevado a considerar que sus cuerpos fueron emparedados dentro de la casa.

Desde entonces, no son pocas las personas que, al pasear de noche frente a la casa y al mirar hacia el tejado, han creído ver a una mujer de pelo oscuro, que caminando cansinamente y golpeándose en el pecho, se orienta en la dirección de las antiguas dependencias del Rey, como en una eterna acusación del crimen que éste autorizó y que conllevó su muerte y la de su hijo.

En el siglo XIX el edificio fue comprado por el Banco de Castilla, y tras obras de reforma, se encontró el esqueleto de Elena junto con monedas de oro de la España de Felipe II. 

Al estar frente a la casa y obtener la fotografía que ilustra este relato, sí es cierto que el edificio desprende un ambiente inquietante;en efecto, mi sensación allí enfrente fue de inquietud, y por qué no comentarlo...de tristeza.


Entrada a la Casa de las Siete Chimeneas, Madrid


El orgullo de un Rey. Ordoño II en Madrid

La Plaza de Oriente y sus zonas aledañas constituyen el marco del recuerdo eterno a aquéllos míticos monarcas que forjaron una gran España. Muchos de ellos participaron en batallas y protagonizaron episodios de auténtica leyenda, construyendo personalidades muy marcadas. Alguno de esos grandes reyes tuvieron tal impronta personal durante sus mandatos que sus propias efigies en piedra han conservado el rictus solemne de quienes, por el mucho bien que en su tiempo hicieron, se ganaron el cariño y respeto de las gentes de sus antiguos Reinos.

Entre todos ellos, hay uno que destaca por su compostura: el rey Ordoño II de León. Este monarca, enterrado en la Catedral leonesa y que ha dado el nombre a la calle principal de la ciudad, cuenta con una estatua en Madrid de singular belleza. Caminando por el que yo llamo "el paseo de los reyes" me detuve a contemplar su efigie. Observé su postura, sus ojos orientados en dirección opuesta al Palacio -quizá intencionadamente, pensé...¿el Rey mira hacia su tierra?- y seguí mi itinerario. Otro día, ya de noche, me encontraba transitando aquella agradable zona, y tuve ganas de volver a ver a nuestro Rey. Lo que vi todavía me tiene impresionado.

Nuestro querido Rey ya no miraba en la dirección hacia donde antes lo hacía. Su cabeza se encontraba ligeramente girada hacia el Palacio. Tuve cierto miedo, pero también orgullo. Las buenas gentes de León tienen un Rey en Madrid que no les olvida, recio y bueno de corazón que volvería al trono para luchar por sus intereses.


Ordoño II en Madrid