viernes, 9 de agosto de 2024

Mar eterno

 

Soy desde mucho antes de que el primer hombre pisara la faz del planeta. He precedido a vuestros pensamientos y sueños. Y os he dado la vida.

Cuántas generaciones he visto pasear, a lo largo de los años, por mis extremos, por mis playas. Yo no he cambiado. Vosotros tampoco lo habéis hecho.

Y la pregunta que os hago es ésta: ¿Por qué no aprendéis de mí?

Tenéis que daros cuenta de que reducir la vida a lo superficial os está impidiendo conocer la realidad. Yo no soy solamente las olas que veis venir hacia vosotros mientras me estáis mirando de frente. Ni tampoco soy la enorme superficie azul inabarcable en el horizonte. Esa es mi apariencia para vosotros. Pero debajo de ella hay un mundo entero. No lo conocéis.

Cuando me observáis en calma os confiáis. Os transmito sensaciones de tranquilidad y quietud. Pero eso no quiere decir que en mi interior no albergue otros pensamientos. Mi calma puede ser formal, y en verdad estar a punto de desencadenar la mayor de las tempestades.

No hagáis del momento, eternidad.

Pensad que participáis de mi esencia, y, por lo tanto, quizá no somos tan diferentes.

 

“Entre la oscuridad del cielo y de la tierra, ardía con ferocidad sobre un disco de mar purpura iluminado por el fuego rojo sangre de los destellos, sobre un disco de agua brillante y siniestro. Una llama alta y clara, una llama inmensa y solitaria ascendía desde el océano, y desde su cumbre el humo negro se elevaba continuamente hacia el cielo. Ardía furiosamente, lúgubre e imponente como una pira funeraria prendida en la noche, rodeada por el mar, observada por las estrellas.”

                                                                                                             Joseph Conrad



Diego García Paz es Letrado Jefe de Civil y Penal de la Comunidad de Madrid y
Académico Correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación 


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