sábado, 22 de octubre de 2011

Belleza

Un joven adinerado quería comprarse una casa en una bonita aldea.
Caminando por sus calles, pidió información a un anciano sobre las que se encontraban a la venta.Éste se brindó amablemente a acompañarle mientras se las enseñaba, indicándole con un gesto las que estaban disponibles.Las primeras no parecieron llamarle la atención, pero pasados unos minutos, el joven exclamó:
- Ésta es magnífica! Qué piedras tan perfectas y qué maravilloso jardín! La quiero.
- Señor, déjeme que le diga...
- No - le interrumpió el joven - tengo dinero de sobra para comprarla sea cual sea su precio. Lléveme hasta su dueño para que me la venda.
Pasaron unos días.Una mañana en que el anciano se dirigía al horno de pan se encontró con un vecino que le dió la noticia de que el forastero con el que le habían visto paseando había muerto la noche anterior dentro de la casa que había adquirido.Una viga muy estropeada se había desprendido del techo y el joven sufrió un fortísimo golpe que ni siquiera le permitió pedir ayuda.
- No me sorprende -añadió el vecino- esa casa no está en condiciones por dentro.Y cómo no se lo advirtió usted?
- Lo intenté, -contestó- pero no me consintió decir ni una palabra.

"Antes de entusiasmarte con la belleza de algo, no olvides comprobar su interior."

El retrato de Dorian Gray (2010) Oliver Parker



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