domingo, 13 de enero de 2013

El Madrid Insólito: dos leyendas conocidas y una de hallazgo personal

Madrid es una ciudad grande, populosa, cruce de caminos y vidas. Ese constante devenir de gentes ha dado lugar a un muy amplio acervo de historias singulares, sin duda la mayor parte de ellas lindantes más con la fantasía que con los hechos contrastados y reales, pero el que escribe estas líneas considera que la vida no debe ser sólo la suma de datos fríos y objetivos -que su cabida ya tienen en el lugar que les corresponde- sino contar también con su espacio para la imaginación y la creatividad; es más, considero que son éstas últimas facetas las que hacen que el que los días vayan pasando tengan su razón de ser y animen el, por desgracia habitual, indiferente devenir de los acontecimientos. Recuerdo aquí el breve diálogo entre fray Guillermo de Baskerville y su pupilo Adso en la novela y película El Nombre de la Rosa, en el que, ante la pregunta de éste a su mentor sobre si alguna vez había sentido algo por una mujer, el fraile le contesta: "Qué tranquila sería la vida sin amor, Adso...que pacífica, qué serena...y que insulsa". Precisamente la fantasía, la creatividad, el amor, los relatos misteriosos y legendarios vienen a endulzar los días del hombre desde tiempo antiguo. Constituyen una auténtica necesidad, una vía de escape.

Voy a referir aquí un par de historias de Madrid, de las que me he informado gracias a un interesante libro titulado Madrid Oculto, de Marco y Peter Besas, de ediciones La librería, radicada en la muy concurrida calle Mayor. La tercera leyenda es mi pequeña contribución a este compendio de relatos.


La Puerta del Sol y la aparición del diablo

Parece ser que durante los trabajos de construcción de uno de los edificios más hermosos y representativos de Madrid, la antaño llamada Real Casa de Correos, con posterioridad sede de la Dirección General de Seguridad y hoy del Gobierno Regional, hubo alguien especialmente interesado en que el proyecto no se ejecutase, y en el caso de llevarse a cabo, debería dedicarse a su nombre. Es de destacar que entre las personas que consta intervinieron en los trabajos de construcción, se encontraba un sacerdote. Y no se trataba de hacer referencia a una eventual intervención bendiciendo la obra concluida, sino que su participación ahí era plena, al mismo nivel que cualquier operario o que el propio dueño de la obra. La razón de ser de la presencia en el equipo del sacerdote tiene su fundamento en el hecho de que, una mañana, mientras los obreros realizaban sus tareas, un ser de aspecto muy extraño se les apareció y les conminó a cesar en sus trabajos, pues el edificio que estaban construyendo se emplazaba en un terreno de su propiedad. El mismo ente afirmó que la obra se había encargado a la persona inadecuada (el arquitecto francés Jaques Marquet) y que su ejecución debía encomendarse al español Ventura Rodríguez; de forma tal que si las obras continuaban, el inmueble quedaría eternamente maldito. Con ello, se nombró al Padre López como Secerdote oficial de la obra, quien estuvo presente hasta su conclusión sin que desde entonces se relatase ningún tipo de incidente ni de intervención de terceros.

Como se puede observar, en esta leyenda se entremezclan elementos de muy diferente índole, religiosa, patriótica, supersticiosa...tiene un cierto paralelismo con el célebre topo de la Catedral de León, animal de dimensiones considerables que en el medievo se consideró proveniente del mismo averno y que durante las noches era el responsable de destruir todo lo edificado. Hoy día, sobre una de las puertas del templo cuelga su "cuerpo" a modo de trofeo. Realmente la dificultad en la construcción de la Pulchra Leonina se encontraba en lo que existe en su subsuelo, las termas romanas, que determinan una especial inconsistencia del terreno donde ubicar los cimientos.


Puerta del Sol, Madrid 


La habitante de la Casa de las Siete Chimeneas
     
Este inmueble se encuentra ubicado en la Plaza del Rey, y recibe esa denominación por contar con siete chimeneas que, parece ser, vendrían a representar una alegoría de los siete pecados capitales. En esta casa habitaba Elena, una bella mujer esposa del capitán Zapata y, según la rumorología de la época, amante del mismo Príncipe de España, el futuro Rey Felipe II. Zapata falleció en la batalla de San Quintín, y Elena, sabedora de la desgracia, dejó crecer su hermoso pelo negro, sus uñas, su pena. De aquella dama apenas quedó un recuerdo, una mera sombra de sus días de felicidad. Elena muere envuelta en la mayor de las melancolías, sin haber vuelto siquiera a ver a su esposo y con un amante que, dada su categoría, trató de ensombrecer todo lo que tuviera que ver con vínculos emocionales con ella. Elena estaba embarazada. Mas de su cuerpo, o del hijo que esperaba, nunca nada se supo. El padre de Elena trató por todos los medios de que se esclareciese lo sucedido, ya que estaba convencido de que su hija no había muerto por su propia mano, sino por órdenes de terceros con especial interés en enterrar todo lo referente a esa mujer. Días más tarde, el padre de la otrora bellísima Elena fue encontrado ahorcado en una de las vigas del inmueble. La desaparición de Elena, y de su hijo, han llevado a considerar que sus cuerpos fueron emparedados dentro de la casa.

Desde entonces, no son pocas las personas que, al pasear de noche frente a la casa y al mirar hacia el tejado, han creído ver a una mujer de pelo oscuro, que caminando cansinamente y golpeándose en el pecho, se orienta en la dirección de las antiguas dependencias del Rey, como en una eterna acusación del crimen que éste autorizó y que conllevó su muerte y la de su hijo.

En el siglo XIX el edificio fue comprado por el Banco de Castilla, y tras obras de reforma, se encontró el esqueleto de Elena junto con monedas de oro de la España de Felipe II. 

Al estar frente a la casa y obtener la fotografía que ilustra este relato, sí es cierto que el edificio desprende un ambiente inquietante;en efecto, mi sensación allí enfrente fue de inquietud, y por qué no comentarlo...de tristeza.


Entrada a la Casa de las Siete Chimeneas, Madrid


El orgullo de un Rey. Ordoño II en Madrid

La Plaza de Oriente y sus zonas aledañas constituyen el marco del recuerdo eterno a aquéllos míticos monarcas que forjaron una gran España. Muchos de ellos participaron en batallas y protagonizaron episodios de auténtica leyenda, construyendo personalidades muy marcadas. Alguno de esos grandes reyes tuvieron tal impronta personal durante sus mandatos que sus propias efigies en piedra han conservado el rictus solemne de quienes, por el mucho bien que en su tiempo hicieron, se ganaron el cariño y respeto de las gentes de sus antiguos Reinos.

Entre todos ellos, hay uno que destaca por su compostura: el rey Ordoño II de León. Este monarca, enterrado en la Catedral leonesa y que ha dado el nombre a la calle principal de la ciudad, cuenta con una estatua en Madrid de singular belleza. Caminando por el que yo llamo "el paseo de los reyes" me detuve a contemplar su efigie. Observé su postura, sus ojos orientados en dirección opuesta al Palacio -quizá intencionadamente, pensé...¿el Rey mira hacia su tierra?- y seguí mi itinerario. Otro día, ya de noche, me encontraba transitando aquella agradable zona, y tuve ganas de volver a ver a nuestro Rey. Lo que vi todavía me tiene impresionado.

Nuestro querido Rey ya no miraba en la dirección hacia donde antes lo hacía. Su cabeza se encontraba ligeramente girada hacia el Palacio. Tuve cierto miedo, pero también orgullo. Las buenas gentes de León tienen un Rey en Madrid que no les olvida, recio y bueno de corazón que volvería al trono para luchar por sus intereses.


Ordoño II en Madrid 
                  
                

             

domingo, 23 de diciembre de 2012

2012, nadando contra corriente

"Diez años...diez años..."

Fueron éstas unas palabras pronunciadas por un personaje de fantasía clásica, que, tras los trágicos acontecimientos vividos a costa del engaño y la manipulación de aquellos en quienes confió, obtuvo la mayor de las recompensas: alzarse sobre todos y transformarse en un dios.

He tenido la posibilidad de comprobar cómo, para bien y para mal, la realidad supera con creces a los mundos de la imaginación, e incluso es una fuente de inspiración para elaborar cualquier historia, ya sea tétrica o esperanzadora.

Tras una época ominosa, rodeada de malos augurios, perversas actuaciones y silencios cómplices, el año 2012 quedará para siempre como el tiempo de la victoria, un año en el que la guerra se acabó y la lección ha quedado definitivamente aprendida y escrita a fuego en quienes tras caerse (no precisamente solos) y levantarse, han llegado a su meta e inician, felizmente, una nueva vida.


Mis Bisabuelos
         
                   

domingo, 7 de octubre de 2012

Nunca te rindas


No te rindas.
Por favor, no cedas.
Aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda
y se calle el viento...
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque cada día es un comienzo nuevo,
¡porque ésta es la hora y el mejor momento!

                                             Mario Benedetti
  


   
                                                Phoenix (El Fénix) (Diego García Paz)

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Obra imperecedera

Acabo de descubrir que todavía a día de hoy es posible localizar a través de este medio virtual algún ejemplar de la obra de mi bisabuelo, publicada bajo su pseudónimo Xan D'Outeiro, siendo ésta la traducción al castellano del original en portugués.

Sabiendo que la edición es de 1911, por lo tanto de hace algo más de un siglo, es algo muy meritorio que se encuentre disponible,  más allá del acervo familiar.

Internet, como siempre he comentado, es un instrumento muy poderoso, en buena medida reflejo del ser humano, capaz de todo lo bueno, como medio de difusión de la cultura, de aproximación entre personas con similares intereses e inquietudes e incluso como fuente de enriquecimiento personal y de manifestación de la propia creatividad, aunque es sabido que existe una parte de la red con contenidos y usos que van de lo anodino a lo perverso y que, en la metafórica balanza que sopesa ambas vertientes, la buena y la mala, la inclinación debiera ser siempre a favor de aquélla, si bien soy consciente de lo utópico de esta afirmación.


Primera página de la novela, ed. de 1911


sábado, 28 de julio de 2012

Las injurias. Fábula del lobo y los pastores

El lobo cayó en una trampa, y acudiendo los pastores le golpeaban con piedras y le herían. Mas uno de ellos compadeciéndose del animal les dijo a sus compañeros que no lo matasen, y enseguida le dio algunos pedazos de pan. Venida la noche, se fueron todos para sus casas, pensando que moriría el lobo. Pero éste, recobrando sus fuerzas, saltó fuera del hoyo y acudió a su cueva, y algunos días después, acordándose de las injurias que había recibido, se echó con gran furia sobre los rebaños de los pastores, haciendo en ellos muchos destrozos. Viendo ésto, llegó el pastor que le había salvado la vida y le rogó que no hiciera lo mismo con su ganado. A lo que el lobo le respondió: "Pierde cuidado, pues yo solamente hago daño a los que me injuriaron y maltrataron".

No hagas mal a nadie, pues la injuria no queda sin castigo. El que hoy tienes sujeto puede mañana verse libre, y, ya por su propia mano, o por las circunstancias de tu vida y de tus malas decisiones, cobrarse venganza de las injurias que le hayas hecho. Así pues, se siempre compasivo con todo el mundo.

                                                                                               Esopo,siglo VI antes de Cristo.



                   


                 

miércoles, 18 de julio de 2012

Cerrando puertas (y capítulos)

Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida.Si insistes en permanecer en ella más tiempo del necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto.Cerrando puertas, o cerrando círculos, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo...lo importante es poder cerrarlos y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.

¿Terminó tu trabajo?
¿Ya no vives más en esa casa?
¿Tienes que marchar de viaje?
¿La relación acabó?

Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente revolcándote en los por qués, en rebobinar la cinta y en intentar entender por qué sucedió tal o cual hecho, pero el desgaste va a ser infinito, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados a ir cerrando capítulos, a dar la vuelta a la hoja, a cerrar etapas y seguir adelante.

No podemos estar en el presente añorando el pasado, ni siquiera preguntándonos por qué; lo que sucedió, sucedió y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. Los hechos pasan, y es necesario dejarlos ir. Por éso es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, quemar documentos, y vender o regalar libros. Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir,soltar, desprenderse...en la vida nadie juega con las cartas marcadas y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar la vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente.
         
El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan. No esperes que te reconozcan. No esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú ni de los gravísimos errores o atropellos que hayan podido cometer contra tí. Suelta el resentimiento. El encender y apagar tu televisor personal lo único que consigue es dañarte mentalmente, envenenarte y amargarte. La vida está hecha hacia adelante, nunca hacia atrás. Si andas por la vida dejando puertas abiertas, por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. Noviazgos o amistades que no clausuran; posibilidades de regresar... ¿a qué? ¿necesidad de aclaraciones? ¿palabras que no se dijeron? ¿silencios que te invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo. Si no, déjalos ir. Cierra capítulos, reafirma en tí mismo que esos capítulos no vuelven, pero no por orgullo, o por soberbia, sino sencillamente porque tú ya no encajas allí, en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio. Tú ya no eres el mismo que eras hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da la vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor hacia tí mismo, desprenderte de lo que ya no está en tu vida.

Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo...nada es vital para vivir, porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir. Es un proceso de aprender a desprenderse, y humanamente se puede lograr, porque nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego...pero cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate. Hay muchas palabras para expresar salud mental y cualquiera que sea la que escojas te ayudará definitivamente a seguir adelante con tranquilidad y esperanza en el futuro. ÉSA ES LA VIDA.

                                                                      "Yo no hablo de venganzas ni de perdones.
                                                           El olvido es la única venganza y el único perdón"
                                                                                                        
                                                                                                            Jorge Luis Borges
                                                                                                                            


Don Quijote y Sancho, Plaza de España (Madrid)
 

     

viernes, 22 de junio de 2012

La filantropía del Doctor Paz Varela, mi bisabuelo (II)

Transcribo a continuación un artículo publicado en El Pueblo Gallego con fecha de 27 de septiembre de 1964 por un discípulo de mi bisabuelo,el Dr. Jose Juan Gianonatti, en el que glosa su vida y obra.

                                        Recuerdo de Don Manuel Paz Varela

Varela,para los amigos. Médico por oposición de la Armada,Médico municipal de Mos. Pero médico de todos los porriñeses. Alto, moreno, pelo entrecano, con fuertes entradas, cabellera rebelde, frente despejada, vestía con un desgarbo elegante, camisa con alzacuello duro, chalina y un sombrero negro, que más parecía chambergo o sombrero de cowboy. De palabra fácil, era un gran conversador, tanto en castellano, magnífico en todo momento, como cuando hacía uso de la lengua vernácula. También hizo excursiones por el campo de la literatura y el periodismo, colaborando en "La Integridad" de Tuy, muy asiduamente, y en periódicos nacionales y portugueses.

Dejó escritas tres novelas en portugués, que se caracterizan por el fino humorismo que en todo momento se advierte en éllas. Gran médico, siempre en contacto con los últimos adelantos de la Ciencia, era sobre todo un magnífico clínico, y sus exploraciones minuciosas, gozaban de la elegancia, y de la meticulosidad, de los grandes clínicos del siglo pasado. Amigo de los pobres, hacía constantemente medicina social, ya que sus honorarios eran muy módicos, en comparación con lo que se acostumbraba a cobrar en aquella época.

La admiración y agradecimiento se lo mostraban Mos y Porriño, el día de San Manuel; el primero de enero, la casa de Varela aparecía repleta de presentes, obsequios, la mayoría de los cuales venían a corresponder a una enfermedad curada, y de la cual salía el enfermo sano, pero anémico económicamente; y como la botica era lo primero, y don Manuel era "tan boo"...con una tarta de almendra de Juanito el Dulcero, quedaba la cuenta pagada.
       
¡Cuántas anécdotas se podrían contar de la vida de don Manuel! Pero quizás la anécdota de mayor interés, por el fin a que dió lugar, ocurrió una noche del año 1937; si no recuerdo mal, al ser llamado para asistir a un enfermo de una lejana parroquia, noche fría y lluviosa. Como siempre, acudió solícito al lado de aquel que reclamaba sus servicios, y a quien curó; pero a  cambio él enfermó de una afección respiratoria aguda, que en pocos días se lo llevaba a la sepultura.  
                                         
Así se fué el doctor Paz Varela, cumpliendo un servicio médico; así fué toda su vida, un acto de servicio, dedicada de lleno a curar, paliar o calmar dolores ajenos.

Creo que los porriñeses de alrededor de los cincuenta estamos en deuda con este pontevedrés, cuya plaza oficial estaba en Mos, pero que su corazón estuvo siempre en Porriño.

Ahora que se ha abierto la época de los recuerdos en Porriño, a nadie con más justicia se le debe un homenaje, que a este médico de pueblo, por voluntad propia, ya que era tal su categoría profesional que estaba llamado a ser una de las figuras médicas no de la región, sino nacional, y sin embargo vivió en una villa como Porriño, haciendo medicina de verdad, la mucha medicina que día tras día tienen que aplicar los médicos todos esparcidos por esta ancha España. Verdaderamente asusta pensar en la fineza de diagnóstico a que llegó Paz Varela, en una época en que los únicos medios que tenía a su alcance eran su estetoscopio y la técnica de la percusión, la cual dominaba de una manera tan completa que sus exploraciones se convertían en verdaderas lecciones para los compañeros o aspirantes que tuvimos la dicha de verlo actuar.

Ahora que Porriño crece a una velocidad de vértigo, rotular con el nombre de Don Manuel Paz Varela, Médico, la travesía que va desde la calle de Antonio Palacios a las Angustias, y que de hecho une a Mos con Porriño, es un deber moral que tenemos que cumplir los que lo conocimos, los que lo tratamos y los que lo recordamos, y aquéllos a quienes curó y a quienes dedicó su vida entera. Aquéllos que son agradecidos son bien nacidos; máxime cuando como en estos momentos Porriño empieza su fase de desarrollo, para convertirse en una ciudad; es cuando, antes de caer en el anonimato, al convertirse en una gran población, los porriñeses del pequeño pero querido Porriño, tenemos que dejar plantados, como hitos, los nombres de hombres que lo dieron todo a Porriño a manos llenas, que dieron hasta su vida, para que los que vengan de fuera, un día cada vez más próximo, sepan que van a formar parte de un pueblo que es enormemente agradecido, con aquéllos que de una manera u otra coadyuvaron a su progreso y bienestar.

                                                                                                            Dr. Jose Juan Gianonatti
                                                                                               Madrid, 1 de septiembre de 1964.
                                                                                                      






Pd. del bisnieto: aun en los tiempos en los que nos toca vivir, donde no es precisamente oro todo lo que reluce, y la arbitrariedad, la ingratitud, la injusticia, el fariseísmo y la "aurea  mediocritas" están bien asentadas, hoy mi bisabuelo tiene una calle en Porriño, y este pueblo, que es un auténtico núcleo industrial de Galicia, recuerda para siempre a uno de sus benefactores, dando cumplimiento a las palabras del Dr. Gianonatti.