Que el moderno sistema parlamentario se originó en tierras británicas es
una consideración generalizada en el foro del Derecho Público, pero en una muy
importante medida limitada e incluso errónea, pues si bien es cierto que la
contribución al parlamentarismo por parte de Inglaterra ha sido importante, en
absoluto puede considerarse la génesis misma del régimen asambleario como forma
política de dirigir el destino de las naciones.
Con bastante anterioridad a que el rey inglés Juan Sin Tierra convocara
a todos los estamentos para, no ya obtener soluciones consensuadas, sino con el
objeto de garantizarse de manera artificiosa la continuidad en el trono ante
los envites de nobleza y clero, cediendo una parte notable de su poder a cambio
de mantener su reinado, en León (antiguo reino del norte de España) un
brillante monarca, Alfonso IX, convocó en el año 1.188 una asamblea conformada
por todos los representantes de la sociedad de entonces y en ella, con motivo
de regularizar el estado económico del reino, se llegó a un verdadero y genuino
acuerdo, en igualdad de calidad de todos los presentes, al que el propio rey
se sometió. Con ello, de aquella reunión solemne celebrada en la Real Colegiata
Basílica de San Isidoro, surgió la base del Derecho Parlamentario: los
presupuestos, la economía, como motivo principal o razón de ser de las reuniones,
y la necesidad de que los frutos del debate fueran obra del consenso y no de la
imposición. El texto que recogió estos hitos recibió el nombre de Decreta, y ha sido incluido en el
Registro de la Memoria del Mundo de la UNESCO como la manifestación primigenia
y auténtica del sistema parlamentarista.
Así pues, ha de concluirse que
en todos los debates que se celebran en sede parlamentaria, desde el
correspondiente al Proyecto de Ley de Presupuestos Generales, de donde surgió
el sistema parlamentarista, hasta cualquier trámite reglamentario que procede
en Derecho para la aprobación de un texto normativo; desde las Cortes Generales
del Estado hasta todas las Asambleas Autonómicas, el corazón del antiguo reino
de León sigue latiendo bajo el primer y fundamental impulso inspirador de
progreso asentado por Alfonso IX.
Enlace al artículo publicado en Diario Jurídico: https://www.diariojuridico.com/la-cuna-del-parlamentarismo/?fbclid=IwAR0kZTtMir-zk7m3LQwf2Q8sTX32UBcGg2gqpjh9q-YvgPD6lhM6iJOq168
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Diego García Paz es Letrado Jefe de Civil y Penal de la Comunidad de Madrid y
Académico Correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación
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