martes, 26 de marzo de 2013

La procesión emblemática: Los Pasos, video-homenaje


   
El Señor de León 

El Viernes Santo de León desprende una impronta especial desde el amanecer. El relato de una historia decisiva, que constituye el fundamento de múltiples acontecimientos posteriores en la humanidad, cobra vida en su solemne devenir por las angostas vías de la antigua ciudad.

En efecto, no puede sino afirmarse que la sensación, como mero espectador o bien como componente activo de la Procesión de los Pasos es que ahí, en esa representación escénica, se trasciende lo inmaterial y se manifiesta vida. La belleza artística de las imágenes, la sublime decoración floral de cada paso, el aroma del incienso, la impecable organización y la sensibilidad de los hermanos, vinculados al acto tanto por afecto personal  a lo que en él se representa como por el arraigo familiar con el mismo, consiguen dotar de vida a todo el cortejo, de principio a fin. La canalización de estas emociones insufla alma a la procesión y la dota de esencia propia, en definitiva, le otorga existencia. Creo que mejor tributo no puede darse a Quien, con sus hechos, infundió esperanza en la eternidad, por cuanto la mencionada eternidad se vislumbra cada Vienes Santo.

Las palabras, y más tratándose de asuntos de atañen a la emoción y a los sentimientos, son un reflejo muy difuso de lo que se pretende manifestar. En la Procesión de los Pasos no hay palabras, pero qué duda cabe que son innecesarias. Por éso, es la imagen el elemento que debe plasmar todo lo que se expresa y siente en esta Procesión, que para mí es un camino de inicial penumbra pero con un trasfondo grandioso, un iter de la oscuridad al color.


                                               Los Pasos (Fotografías y vídeo: Diego García Paz)



sábado, 16 de febrero de 2013

Once de febrero

-"Estoy en el límite de mis fuerzas. La incapacidad para regir correctamente este barco conlleva mi renuncia a la Sede de Pedro en beneficio de aquél que el Colegio Cardenalicio estime más idóneo."

La resonancia de estas palabras, emitidas en lengua clásica, produjo una gran inquietud a nivel planetario. La renuncia de un Papa era un acontecimiento inesperado, infrecuente; desde Celestino V no se había producido una decisión de semejante trascendencia. Frente a quienes apelaban a la sensatez y humanidad del Santo Padre, un intelectual que pasó a la historia como el "Papa Filósofo", otros levantaban grandes suspicacias en orden a las causas de la renuncia. Las sospechas sobre un mal inserto en la misma raíz del Vaticano comenzaron a proliferar, alimentadas por las consabidas visiones de futuro de San Malaquías y por las propias sentencias del Pontífice en los últimos días de su mandato, en las que aludía a múltiples tensiones internas, luchas de poder y propuestas extrañas de candidatos a la Sede, próxima a quedar vacante. Un estado que resultaba ingobernable y auguraba un oscuro devenir para la Institución.

No fueron pocos los que manifestaron que la llamada renuncia Papal no era sino un artificio, promovido por el propio Papa y sus más fieles cardenales en orden a evitar que el procedimiento canónico de elección del nuevo sucesor de Pedro tuviera lugar por los cauces ordinarios, al fallecimiento del Papa. Si el Cónclave tenía lugar en ese tiempo, y se celebraba conforme a las reglas tradicionales, el fruto de la selección, la persona elegida, según todas las consultas que en secreto se habían llevado tanto por los cardenales más fieles como por el propio Santo Padre, no sería un representante de la Santidad. Las claras disensiones, pugnas, luchas, traiciones que azotaban desde hace años el Vaticano y que habían conllevado a un manifiesto descrédito social de la Institución, producirían un resultado perverso. El tablero para el nombramiento de la sombra estaba preparado.Sería el último Papa, un ser profetizado como maligno y destructor del Mensaje.

La intención verdadera del propio Santo Padre era no esperar a su fallecimiento, sino anticipar la elección para con ello producir una alteración del procedimiento ordinario previsto en el Código de Derecho Canónico, sabedor que era del infame destino que a la humanidad aguardaría si los cardenales se reunían en  esas condiciones y surgía un candidato. La propuesta de los leales al Papa, que a día de hoy se ha sabido que integraron un grupo llamado la Hermandad de la Luz, compuesto por varios cardenales y fieles, era proceder a designar como Papa a un simple cristiano, un fiel desconocido de un país y residencia insospechadas que asumiera el rol del sucesor de Pedro, y así eludir la infamia que se cernía sobre la Institución y sobre la humanidad.

Los posibles candidatos debían haber nacido un once de febrero. La fecha de la renuncia Papal no era fortuita; los estudios que en secreto se habían llevado a cabo imponían la necesidad de instituir Papa a un varón nacido en esa fecha. Aunque las razones de fondo no han trascendido en orden a la simbología del día once del segundo mes del año, es un hecho que la Hermandad contactó con varias personas cristianas de todo el mundo, en una carrera contrarreloj para evitar la reunión ordinaria del cuerpo cardenalicio. Tras una búsqueda desesperada, la decisión se tomó: el nuevo Papa habría de ser un español, oriundo de una tierra de reyes y en su forma, piadoso. Habría de permanecer oculto hasta el momento de ser nombrado Pontífice.
         
Para evitar cualquier tipo de filtración, los representantes laicos de la Hermandad se presentaron en el domicilio del elegido, con el que previamente habían contactado. Esa persona asumió la carga que se le ofrecía, aún a pesar de su inexperiencia, en aras a cumplir una auténtica tarea de salvación. Fue preguntado por el nombre que quisiera adoptar, que los libros de historia recogieron para siempre: Petrus Clodoveo I Legionensis.

Una vez que el Papa, aún en la Sede por cuanto todavía no había llegado la fecha por él fijada para abandonar su cargo, tuvo noticia del nombre adoptado por su sucesor, se postró de rodillas en la Basílica de San Pedro y se santiguó. Sobre el altar, un facsímil de las profecías de San Malaquías con un nombre subrayado: Pedro. El último Papa se llamaría Pedro.

Al mismo tiempo que en España un joven y piadoso cristiano esbozaba una sonrisa, un rayo cruzó los cielos italianos impactando en la cúpula de la Basílica de San Pedro.

Era el 11 de febrero de 2013. Un día para la historia.


Tormenta sobre el Vaticano. 11 de febrero de 2013.
           


       

domingo, 13 de enero de 2013

El Madrid Insólito: dos leyendas conocidas y una de hallazgo personal

Madrid es una ciudad grande, populosa, cruce de caminos y vidas. Ese constante devenir de gentes ha dado lugar a un muy amplio acervo de historias singulares, sin duda la mayor parte de ellas lindantes más con la fantasía que con los hechos contrastados y reales, pero el que escribe estas líneas considera que la vida no debe ser sólo la suma de datos fríos y objetivos -que su cabida ya tienen en el lugar que les corresponde- sino contar también con su espacio para la imaginación y la creatividad; es más, considero que son éstas últimas facetas las que hacen que el que los días vayan pasando tengan su razón de ser y animen el, por desgracia habitual, indiferente devenir de los acontecimientos. Recuerdo aquí el breve diálogo entre fray Guillermo de Baskerville y su pupilo Adso en la novela y película El Nombre de la Rosa, en el que, ante la pregunta de éste a su mentor sobre si alguna vez había sentido algo por una mujer, el fraile le contesta: "Qué tranquila sería la vida sin amor, Adso...que pacífica, qué serena...y que insulsa". Precisamente la fantasía, la creatividad, el amor, los relatos misteriosos y legendarios vienen a endulzar los días del hombre desde tiempo antiguo. Constituyen una auténtica necesidad, una vía de escape.

Voy a referir aquí un par de historias de Madrid, de las que me he informado gracias a un interesante libro titulado Madrid Oculto, de Marco y Peter Besas, de ediciones La librería, radicada en la muy concurrida calle Mayor. La tercera leyenda es mi pequeña contribución a este compendio de relatos.


La Puerta del Sol y la aparición del diablo

Parece ser que durante los trabajos de construcción de uno de los edificios más hermosos y representativos de Madrid, la antaño llamada Real Casa de Correos, con posterioridad sede de la Dirección General de Seguridad y hoy del Gobierno Regional, hubo alguien especialmente interesado en que el proyecto no se ejecutase, y en el caso de llevarse a cabo, debería dedicarse a su nombre. Es de destacar que entre las personas que consta intervinieron en los trabajos de construcción, se encontraba un sacerdote. Y no se trataba de hacer referencia a una eventual intervención bendiciendo la obra concluida, sino que su participación ahí era plena, al mismo nivel que cualquier operario o que el propio dueño de la obra. La razón de ser de la presencia en el equipo del sacerdote tiene su fundamento en el hecho de que, una mañana, mientras los obreros realizaban sus tareas, un ser de aspecto muy extraño se les apareció y les conminó a cesar en sus trabajos, pues el edificio que estaban construyendo se emplazaba en un terreno de su propiedad. El mismo ente afirmó que la obra se había encargado a la persona inadecuada (el arquitecto francés Jaques Marquet) y que su ejecución debía encomendarse al español Ventura Rodríguez; de forma tal que si las obras continuaban, el inmueble quedaría eternamente maldito. Con ello, se nombró al Padre López como Secerdote oficial de la obra, quien estuvo presente hasta su conclusión sin que desde entonces se relatase ningún tipo de incidente ni de intervención de terceros.

Como se puede observar, en esta leyenda se entremezclan elementos de muy diferente índole, religiosa, patriótica, supersticiosa...tiene un cierto paralelismo con el célebre topo de la Catedral de León, animal de dimensiones considerables que en el medievo se consideró proveniente del mismo averno y que durante las noches era el responsable de destruir todo lo edificado. Hoy día, sobre una de las puertas del templo cuelga su "cuerpo" a modo de trofeo. Realmente la dificultad en la construcción de la Pulchra Leonina se encontraba en lo que existe en su subsuelo, las termas romanas, que determinan una especial inconsistencia del terreno donde ubicar los cimientos.


Puerta del Sol, Madrid 


La habitante de la Casa de las Siete Chimeneas
     
Este inmueble se encuentra ubicado en la Plaza del Rey, y recibe esa denominación por contar con siete chimeneas que, parece ser, vendrían a representar una alegoría de los siete pecados capitales. En esta casa habitaba Elena, una bella mujer esposa del capitán Zapata y, según la rumorología de la época, amante del mismo Príncipe de España, el futuro Rey Felipe II. Zapata falleció en la batalla de San Quintín, y Elena, sabedora de la desgracia, dejó crecer su hermoso pelo negro, sus uñas, su pena. De aquella dama apenas quedó un recuerdo, una mera sombra de sus días de felicidad. Elena muere envuelta en la mayor de las melancolías, sin haber vuelto siquiera a ver a su esposo y con un amante que, dada su categoría, trató de ensombrecer todo lo que tuviera que ver con vínculos emocionales con ella. Elena estaba embarazada. Mas de su cuerpo, o del hijo que esperaba, nunca nada se supo. El padre de Elena trató por todos los medios de que se esclareciese lo sucedido, ya que estaba convencido de que su hija no había muerto por su propia mano, sino por órdenes de terceros con especial interés en enterrar todo lo referente a esa mujer. Días más tarde, el padre de la otrora bellísima Elena fue encontrado ahorcado en una de las vigas del inmueble. La desaparición de Elena, y de su hijo, han llevado a considerar que sus cuerpos fueron emparedados dentro de la casa.

Desde entonces, no son pocas las personas que, al pasear de noche frente a la casa y al mirar hacia el tejado, han creído ver a una mujer de pelo oscuro, que caminando cansinamente y golpeándose en el pecho, se orienta en la dirección de las antiguas dependencias del Rey, como en una eterna acusación del crimen que éste autorizó y que conllevó su muerte y la de su hijo.

En el siglo XIX el edificio fue comprado por el Banco de Castilla, y tras obras de reforma, se encontró el esqueleto de Elena junto con monedas de oro de la España de Felipe II. 

Al estar frente a la casa y obtener la fotografía que ilustra este relato, sí es cierto que el edificio desprende un ambiente inquietante;en efecto, mi sensación allí enfrente fue de inquietud, y por qué no comentarlo...de tristeza.


Entrada a la Casa de las Siete Chimeneas, Madrid


El orgullo de un Rey. Ordoño II en Madrid

La Plaza de Oriente y sus zonas aledañas constituyen el marco del recuerdo eterno a aquéllos míticos monarcas que forjaron una gran España. Muchos de ellos participaron en batallas y protagonizaron episodios de auténtica leyenda, construyendo personalidades muy marcadas. Alguno de esos grandes reyes tuvieron tal impronta personal durante sus mandatos que sus propias efigies en piedra han conservado el rictus solemne de quienes, por el mucho bien que en su tiempo hicieron, se ganaron el cariño y respeto de las gentes de sus antiguos Reinos.

Entre todos ellos, hay uno que destaca por su compostura: el rey Ordoño II de León. Este monarca, enterrado en la Catedral leonesa y que ha dado el nombre a la calle principal de la ciudad, cuenta con una estatua en Madrid de singular belleza. Caminando por el que yo llamo "el paseo de los reyes" me detuve a contemplar su efigie. Observé su postura, sus ojos orientados en dirección opuesta al Palacio -quizá intencionadamente, pensé...¿el Rey mira hacia su tierra?- y seguí mi itinerario. Otro día, ya de noche, me encontraba transitando aquella agradable zona, y tuve ganas de volver a ver a nuestro Rey. Lo que vi todavía me tiene impresionado.

Nuestro querido Rey ya no miraba en la dirección hacia donde antes lo hacía. Su cabeza se encontraba ligeramente girada hacia el Palacio. Tuve cierto miedo, pero también orgullo. Las buenas gentes de León tienen un Rey en Madrid que no les olvida, recio y bueno de corazón que volvería al trono para luchar por sus intereses.


Ordoño II en Madrid 
                  
                

             

domingo, 23 de diciembre de 2012

2012, nadando contra corriente

"Diez años...diez años..."

Fueron éstas unas palabras pronunciadas por un personaje de fantasía clásica, que, tras los trágicos acontecimientos vividos a costa del engaño y la manipulación de aquellos en quienes confió, obtuvo la mayor de las recompensas: alzarse sobre todos y transformarse en un dios.

He tenido la posibilidad de comprobar cómo, para bien y para mal, la realidad supera con creces a los mundos de la imaginación, e incluso es una fuente de inspiración para elaborar cualquier historia, ya sea tétrica o esperanzadora.

Tras una época ominosa, rodeada de malos augurios, perversas actuaciones y silencios cómplices, el año 2012 quedará para siempre como el tiempo de la victoria, un año en el que la guerra se acabó y la lección ha quedado definitivamente aprendida y escrita a fuego en quienes tras caerse (no precisamente solos) y levantarse, han llegado a su meta e inician, felizmente, una nueva vida.


Mis Bisabuelos
         
                   

domingo, 7 de octubre de 2012

Nunca te rindas


No te rindas.
Por favor, no cedas.
Aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda
y se calle el viento...
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque cada día es un comienzo nuevo,
¡porque ésta es la hora y el mejor momento!

                                             Mario Benedetti
  


   
                                                Phoenix (El Fénix) (Diego García Paz)

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Obra imperecedera

Acabo de descubrir que todavía a día de hoy es posible localizar a través de este medio virtual algún ejemplar de la obra de mi bisabuelo, publicada bajo su pseudónimo Xan D'Outeiro, siendo ésta la traducción al castellano del original en portugués.

Sabiendo que la edición es de 1911, por lo tanto de hace algo más de un siglo, es algo muy meritorio que se encuentre disponible,  más allá del acervo familiar.

Internet, como siempre he comentado, es un instrumento muy poderoso, en buena medida reflejo del ser humano, capaz de todo lo bueno, como medio de difusión de la cultura, de aproximación entre personas con similares intereses e inquietudes e incluso como fuente de enriquecimiento personal y de manifestación de la propia creatividad, aunque es sabido que existe una parte de la red con contenidos y usos que van de lo anodino a lo perverso y que, en la metafórica balanza que sopesa ambas vertientes, la buena y la mala, la inclinación debiera ser siempre a favor de aquélla, si bien soy consciente de lo utópico de esta afirmación.


Primera página de la novela, ed. de 1911


sábado, 28 de julio de 2012

Las injurias. Fábula del lobo y los pastores

El lobo cayó en una trampa, y acudiendo los pastores le golpeaban con piedras y le herían. Mas uno de ellos compadeciéndose del animal les dijo a sus compañeros que no lo matasen, y enseguida le dio algunos pedazos de pan. Venida la noche, se fueron todos para sus casas, pensando que moriría el lobo. Pero éste, recobrando sus fuerzas, saltó fuera del hoyo y acudió a su cueva, y algunos días después, acordándose de las injurias que había recibido, se echó con gran furia sobre los rebaños de los pastores, haciendo en ellos muchos destrozos. Viendo ésto, llegó el pastor que le había salvado la vida y le rogó que no hiciera lo mismo con su ganado. A lo que el lobo le respondió: "Pierde cuidado, pues yo solamente hago daño a los que me injuriaron y maltrataron".

No hagas mal a nadie, pues la injuria no queda sin castigo. El que hoy tienes sujeto puede mañana verse libre, y, ya por su propia mano, o por las circunstancias de tu vida y de tus malas decisiones, cobrarse venganza de las injurias que le hayas hecho. Así pues, se siempre compasivo con todo el mundo.

                                                                                               Esopo,siglo VI antes de Cristo.